Music

domingo, 29 de enero de 2017

Lo siento, me siento.

Lo siento, hoy estaba dispuesta a pensar en mi, darme un baño con espuma rosada y tomar una taza de café bien caliente mientras escuchaba el más viejo disco de Melendi. Tenía pensado no hacer la cama, cambiarme el pijama de esta noche por otro limpio, cenar un par de patatas fritas y quedarme medio dormida tumbada en mi rincón favorito del sofá mientras intercambiaba unas lágrimas con uno de los libros de Carlos Ruiz Zafón. Pero me he fallado. Lo siento, me siento. Tan dispuesta estaba de pensar en mi, de complacerme por primera vez, que te he vuelto a encontrar.

Ya no me dueles, no me dañas, no me agradas, no me quieres, no me nada; pero sin embargo, sigues ahí. Como mis muñecas en el trastero cuyas tienen una fina capa de polvo porque ya nadie quiere jugar con ellas. Sigues ahí, a pesar de que ya no te duelo, no te daño, no te agrado, no te quiero,  no te nada. ¿Hasta cuándo piensas estar en mis entrañas? ¿Hasta dónde infinitas mi libertad? Ojalá no fueras la muñeca minuciosa, sino esa capa de polvo que la envuelve. Polvo, efímero y pasajero. Polvo, que indica tiempo, viejo, pasado. Ojalá fueras lo que nunca has sido. Ojalá y vuelvo al ojalá, para mi nunca hubieras existido.

Lo siento, me siento, fuiste un gran error.

jueves, 10 de noviembre de 2016

Fan de ti

Y es que al verte era fan de tu forma de caminar, de tu risa, de tus brazos que me hacían sentir tan ínfima, de tu pelo despeinado, de tus manos, de tu voz y de ti.

Antes, era fan de quedarme hasta las tantas hablando contigo, de escribirte, de leerte y susurrarte que perderte era el fin. Antes, era fan de morir por ti y explicarte que nada era mejor sin ti. Era fan de amarte, también lo era de besarte, de mirarte y acariciarte.

Ahora, soy fruto de una mentira, fruto de la pasión que equivoqué con el ensañamiento:
no me estabas queriendo,
me estabas matando.

Pues como dije, la ilusa era yo, la pasional y enamorada, fue mi ser.

miércoles, 24 de agosto de 2016

Adiós, amor.

He perdido la ilusión de escribirte,
de rogarte que vuelvas si no te tengo aquí.

He cancelado los ciento y un viaje que teníamos planeados hacia la luna y he pedido un poco más de realismo para otra ocasión.

Me he atrevido a mirar a las falsas promesas y a los eternos te quieros y he visto dolor.  Hemos sido paupérrimos en un mundo ínfimo sin aprovechar que eramos ricos en amor.

Ahora ya no pienso en la estructura de tu espalda, ni en cómo nuestras miradas acababan en un beso violento,  un beso dulce,  un beso sin mañana.

  Ya no pienso en si me quieres o mientes,  ya no pienso en hacerte feliz.
 Ni tú,  ni yo, nos necesitamos.

  Ni tú,  ni yo,  volveremos a ser más.

miércoles, 29 de junio de 2016

Mi miedo eres tú.

Tengo miedo.
Miedo de no dolerte más.
De que no recuerdes mi nombre cuando te hablen de ser feliz.
De que intentes esquivarme cuando seas el motivo que cruza mi curva.
De que te lean cuentos para dormir y a mí los de cómo despertar.
Tengo miedo de que pertenezcas a unos ojos que jamás sepan cómo buscarte a oscuras por no tener tu luz.
De que seas más del mundo que del mío.
Miedo de que no sepas que sus olas jamás serán el mar en calma que buscas.
Y es que he sido tantas veces valiente por miedo,  que he llegado a pensar que mi miedo eres tú.

miércoles, 15 de junio de 2016

¿Jugamos?

Jugábamos a hacernos la vida, a desbordar amor por las yemas, a rebosar los besos por la calle. Jugábamos a escuchar el silencio, a gritar callados y sonreir a solas. Jugábamos a descubir nuevas constelaciones sobre la piel, a arriesgarnos y tratar de salir intactos. Jugábamos a quemarnos en el frío, hacer polvo de los sueños y a querer sin un fin.

Hemos jugado a hacerme feliz, de un modo que ni yo misma lo buscaba.

Y ahora, dime,
qué hay mejor que un terremoto en su mirada,
que un lunes de sábado,
qué mejor que encontrar a quién hizo encontrarte
y tratar de que vuelva a jedarse cuando desveles.

Por eso, hoy mi amor, vuelvo a preguntar ¿Volvemos a jugar?

martes, 31 de mayo de 2016

Regresa.

Con tu risa tan larga y mi falda tan corta,
nos sobraban cervezas y ganas de vivir.
Nos faltaba valentía y menos vergüenza que sentir.

Con tus manos tan perfectas y mi fría piel,
nos sobraba ropa y en falta de una cama que deshacer.
Estábamos a deseo de un par de besos que no fuimos capaz de asumir.

Con tu pelo rizado y mis manos inexpertas,
nos sobraba tiempo, excusas, orgullo y un poco más de nostalgia.

Y seguramente sea por eso, por lo que esta noche no he corrido a tus brazos a suplicarte que vuelvas a mi. Seguramente haya perdido los sentidos al perderte a ti; el gusto al no tener tus labios; el oído al no escuchar tus susurros; el tacto al ver que nadie es capaz de erizarme la piel con una sola caricia y  la vista al mirar al sofá y observar que los cojines ya no están desordenados. 
He perdido mis cincos sentidos y el rumbo hacia mi futuro. He quedado atascada en una nube perdida a punto de volverse a evaporar.
Me he desviado de mi camino que era junto a ti y ahora no sé como seguir.
No pido ayuda para bajar de aquí, 
solo que regreses y vuelvas a hacerme feliz.






miércoles, 20 de abril de 2016

Palabras.

Seguramente hoy tenga la mirada más vacía y triste de todas, pero el corazón ahogado y lleno por un par de palabras. Palabras que aguantan, para el momento en el que dicho corazón deje de latir; probablemente, aguanten para salir en mi último suspiro, que vayan con tanta fuerza que alteren tus sentidos e iniciativas.
Sin alguna duda,  ese "te quiero" volverá a llenar el alma que está desgastada de tanto querer, de sentir hasta las trancas y no empaparse de ti.