Jugábamos a hacernos la vida, a desbordar amor por las yemas, a rebosar los besos por la calle. Jugábamos a escuchar el silencio, a gritar callados y sonreir a solas. Jugábamos a descubir nuevas constelaciones sobre la piel, a arriesgarnos y tratar de salir intactos. Jugábamos a quemarnos en el frío, hacer polvo de los sueños y a querer sin un fin.
Hemos jugado a hacerme feliz, de un modo que ni yo misma lo buscaba.
Y ahora, dime,
qué hay mejor que un terremoto en su mirada,
que un lunes de sábado,
qué mejor que encontrar a quién hizo encontrarte
y tratar de que vuelva a jedarse cuando desveles.
Por eso, hoy mi amor, vuelvo a preguntar ¿Volvemos a jugar?
Hemos jugado a hacerme feliz, de un modo que ni yo misma lo buscaba.
Y ahora, dime,
qué hay mejor que un terremoto en su mirada,
que un lunes de sábado,
qué mejor que encontrar a quién hizo encontrarte
y tratar de que vuelva a jedarse cuando desveles.
Por eso, hoy mi amor, vuelvo a preguntar ¿Volvemos a jugar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario