Tener esa pequeña necesidad de volver a desahogarte de la misma manera y, no por placer, sino porque nuevamente me muestra la vida misma, que valor no tiene ninguno, que ni el amor la salva.
Con la cuchilla afilada en la mano y el tornillo del afila-lápiz en el suelo rodando. Cómo dicen de modo menos agresivo, entre la espada y la pared, decidiendo si salvar mi "vida" o huir de ella. Esta es mi situación actual y la que me martilla cada noche.
Sé que no es lo correcto, pero joder, que me ayuden a mi a afrontar la vida de una vez, que intenten cambiar mi ser, que entonces se darán cuenta de que será tan inútil como intentar describir colores a un ciego de vida.
Sé que no es de valientes, pero esto, no duele tanto como los propios sentimientos, las propias palabras que una vez me dirigieron con maldad. Solo son cicatrices que señalan una guerra superada, o un intento de ello, que indican que el dolor está acabando; pero todo esto de manera inexplicable del por qué lo hice. Tampoco es que pretenda ser valiente, nunca lo he sido al no dirigirme a esas voces que me gritaban y gritan que no soy digna de estar aquí, que no le doy uso a la oportunidad. Pero he terminado por creerme que es así, que tal vez no merezca la vida.
Sé que llorar y auto-lesionarme no ayuda, pero joder, nadie jamás me ha ofrecido auxilio. La única compañía que he tenido desde años ha sido la soledad.
Quiero salir de este agujero y gritar lo desesperada que estoy por saber lo que es vivir. Y valorarme tanto hasta llegar a pensar que pude que la vida sea la que no me merece a mi. Dejar de ver como la sangre corre sobre mi piel, limpiarla y, ser fuerte solamente, por aquellos que alguna vez me dijeron "Eres y serás incapaz de lograrlo".